El autor de este blog es Licenciado en Historia con Máster en Profesor de Educación Secundaria y Capacitación para impartir las clases en inglés y en valenciano. El autor, empero, todavía no es profe. El autor, quien confía en su destino de manera proactiva, pretende afrontar tal contingencia mediante este blog.

martes, 8 de septiembre de 2015

El propósito de este espacio

Con este blog me propongo compartir ciertos materiales y una idea sobre cómo utilizarlos para fomentar el espíritu crítico de nuestros estudiantes -además de desarrollar el propio-, pues soy de la creencia de que la historia interesa mucho más a nuestros jóvenes cuando comprueban el potencial que tiene para observar realidades paralelas, subterráneas, complejas o directamente contradictorias, en los eventos históricos que nos precedieron en el tiempo y, muchas veces por comparación, en los actuales.

No tiene por qué ser la historia una retahíla de datos sin conexión con nuestras realidades más cercanas, un absurdo recordatorio de fechas y nombres importantes. ¿Por qué actuaron como actuaron aquellas gentes? ¿Qué motivos les movieron? ¿Son tan diferentes de los motivos que nos mueven ahora?

A los jóvenes les gusta contradecir, aportar su punto de vista, pues están en esa fase de la vida en que la personalidad, a punto de entrar en el mundo adulto, se revuelve contra cuanto le ofrecen queriendo afirmar su independencia, su valor intrínseco. La historia es una asignatura que puede darles armas -intelectuales- para ser más auténticos y observadores en el descarnado mundo al que están a punto de penetrar. Si les hacemos ver este potencial de la asignatura, podemos conseguir que cambien su enfoque respecto a la misma.

No es mi propósito ser aquí obsesivo ni puntilloso con leyes y currículos, pues estos son cambiantes y en ocasiones flexibles. Dejo por ello en manos de la inteligencia de los profesores el introducir o no los elementos que aquí aparezcan, el cuándo, el dónde y el cómo, de manera asertiva. Siempre es bueno empezar con preguntas para que ellos expresen sus ideas, acertadas o no. Al principio puede que les resulte chocante si no están acostumbrados, pero pronto agradecerán ese voto de confianza. A continuación podemos emplear los materiales y comentarlos nosotros o dejar que ellos los comenten (si todo va bien desarrollarán la capacidad de "leer intenciones" en los documentos antes de lo previsto y el elemento magistral podrá ir cediendo terreno), para finalmente sacar conclusiones.

La historia, sobre todo, es una maestra de la condición humana, y hoy somos tan humanos como en su momento lo fueron los súbditos de Nabucodonosor o los compañeros de armas de Temujin (y qué decir si nos comparamos con los japoneses de Iwo Jima o los norteamericanos de Vietnam, mucho más cercanos a nosotros en la línea del tiempo). Despertar la curiosidad por los hechos del pasado es despertar la inquietud por los acontecimientos presentes. Este es el objeto profundo que toda enseñanza de la historia humana debería perseguir, y el que intentaremos promover con los materiales que aquí subamos.

Soldado escribiendo desde una trinchera de la PGM (http://www.thetimes.co.uk/)


Un saludo

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